“Los huesos del pecho
de los pterosaurios donde justo
se unen los músculos, son enormes. Por tanto, no hay
duda de que eran
excelentes e imponentes voladores”.
Saltillo, Coahuila.- Aterradoramente enorme. Las criaturas que habitaron la Tierra hace 70 millones de años debieron sentir bajo su sombra y ante su presencia la adrenalina a tope. Sin embargo, las aves, los primeros mamíferos y alguno que otro tiranosáurido no tenían de qué preocuparse, sólo los peces, su alimento cotidiano. Hablamos del Quetzalcoatlus, un monumental ejemplar volador de la prehistoria que hoy, honra a la deidad más poderosa de la cultura azteca.
Kevin Padian.
Paleontólogo profesor en la
Universidad de California.
Vaya honor para la cultura mexica el que uno de
sus más grandes símbolos quede plasmado también en el mundo de la paleontología.
Y no nos confundamos, hasta el momento el verdadero terror de los cielos y por
lo tanto nombrado así en referencia a una deidad voladora de tal envergadura
como lo es el dios de los mexicas, es el imponente Quetzalcoatlus que
hoy, sigue generando dudas sobre su andar por el planeta pero también, más y
mejores trabajos de estudio al respecto.